Nº 71, 23 de febrero de 2015

Hace setenta y tres años, el 24 de febrero de 1942, el Struma, un buque procedente del puerto de Constanza con refugiados judíos a bordo se hundió después de que fuera torpedeado por un submarino soviético en la costa de Şile, en aguas internacionales en el mar Negro. Las 768 personas murieron, incluyendo 103 niños y toda la tripulación. Sólo un refugiado sobrevivió.

Setecientas sesenta y ocho personas, entre ellas mujeres, niños, bebés, enfermos y viejos, que estaban obligadas a abandonar sus aldeas, ciudades y países como consecuencia del ascenso del nazismo y el antisemitismo, en casi toda la Europa durante la II Guerra Mundial, murieron trágicamente hace 73 años, hoy mismo.

Este incidente, independientemente de la religión o el origen étnico de las víctimas, fue una tragedia en la historia de la humanidad y debe ser conmemorado como tal.

Con este entendimiento, en el 70º aniversario del Holocausto, conmemoramos respetuosamente a todos aquellos que perdieron sus vidas en el Struma, también extendemos nuestras condolencias a sus familiares y nuestros ciudadanos turcos judíos, que siguen siendo sensibles y entristecidos por esta tragedia que ocurrió justo ante sus ojos. Compartimos su sentimiento profundo de pérdida como hicimos esfuerzos para que pudieran sobrevivir.