La resolución adoptada por el Parlamento Europeo (PE) en la sesión plenaria del 17 de septiembre de 2020, relativa a Turquía y a los desarrollos en el Mediterráneo oriental, no es realista. Se ha adoptado únicamente en aras de la solidaridad de los miembros y para servir a los intereses egocéntricos de ciertos Estados miembros. Esta resolución es inaceptable en muchos aspectos.

Esta resolución sesgada contradice tanto la buena voluntad como el sentido común y ha sido adoptada a pesar de nuestros esfuerzos ante los Estados miembros y todas las instituciones de la UE a todos los niveles, incluido el PE.

El PE está perdiendo su credibilidad, debido a su enfoque sesgado e injusto, así como a su interpretación unilateral e inválida del derecho del mar, sobre el que no tiene jurisdicción.

Ni el PE ni la UE ni los Estados miembros de la UE tienen derecho a determinar las fronteras o las zonas de jurisdicción de ningún tercer país. El PE y las demás instituciones de la UE, si son sinceros en la solución de la cuestión y en el compromiso europeo, deberían mostrar sólo una postura facilitadora y reconciliadora y tender la mano al país candidato Turquía sin prejuicios. Asimismo, deberían mantener una distancia justa y equitativa con todas las partes de una cuestión controvertida.

Turquía ha demostrado su buena voluntad y no ha renunciado a su postura correcta y de principios frente a las actitudes maximalistas e injustas. A pesar de las provocaciones, ha mostrado no sólo un enfoque resuelto sino también racional. Turquía, que no codicia los derechos de nadie, seguirá protegiendo con determinación sus derechos e intereses derivados del derecho internacional, así como los de la República Turca de Chipre del Norte.

Como subrayó el Ministro de Asuntos Exteriores de la República de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu, en su discurso ante la Comisión de Asuntos Exteriores del PE y en sus cartas dirigidas a los miembros del PE, Turquía, creyendo en un diálogo y una cooperación sinceros con la UE con la perspectiva de su adhesión, siempre prefiere el diálogo y la negociación para la resolución de las disputas.

Por otra parte, se ha tomado debida nota del artículo 9 de dicha resolución, en el que se pide al Consejo de la UE y a la Comisión europea que entablen un diálogo más amplio e integrador con Turquía y se hace referencia a una arquitectura de seguridad global y estratégica y a una cooperación energética en el Mediterráneo oriental.